El hombre de 36 años fue condenado ayer en Oberá por un robo a punta de cuchillo en el que llegó a lesionar al dueño de un comercio, resultó baleado y casi pierde la vida. Tuvo como agravante que cometió el ilícito en compañía de un menor.
En una sola audiencia y desde las 8.30, el Tribunal Penal de Oberá abrió el debate por el caso ocurrido en noviembre del año 2021 en Aristóbulo del Valle.
Ante la consulta del presidente del tribunal si iba a declarar, el acusado eligió hacerlo y dio su versión acerca de lo sucedido. No negó que haya acudido al minimercado “La Esquina” sobre calle Antártida Argentina aquella tarde del 24 de noviembre del año citado, pero dijo que no fue con intención de cometer un robo, sino cobrarle una cuenta al dueño, entonces de 55 años.
Sin embargo la situación fue totalmente distinta, puesto que llegó en compañía de un adolescente de 15 años que actuó como su cómplice. Saltó el mostrador y redujo al comerciante colocándole un cuchillo en el cuello. Mientras le pedía que le entregara el dinero, el menor se encargó de amedrentar a la empleada de 20 años para que no intentara llamar a la policía ni pusiera en alerta al vecindario.
El comerciante comenzó a forcejear con el delincuente y sufrió un corte en la yugular. Instintivamente buscó sacar el cuchillo pero al tomarlo de la hoja se lastimó los dedos. Tras resistirse alcanzó a tomar un arma de fuego que tenía guardada en la caja registradora. Efectuó varios disparos que asustó a los malvivientes y los hizo poner en fuga, pero uno de los tiros dio en el tórax al asaltante mientras que el menor se perdió de vista.
Herido, cayó a los pocos metros y al arribo de la policía tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital local pero luego derivado al SAMIC de Oberá. Quedó internado en estado grave y conectado a un respirador artificial. En aquel momento estaba en libertad condicional, luego de una condena previa que le había dictado el mismo tribunal que ayer lo condenó. Peritos de la Policía secuestraron un cuchillo tipo carnicero de 22 centímetros de hoja con el que el delincuente hirió al comerciante. También un revólver Doberman calibre 22, que según manifestó el hombre no es que lo hubiera comprado, sino que era una herencia de familia.
El delincuente logró recuperarse de la lesión provocada por el disparo y finalmente llegó a juicio dos años y siete meses después.
En su alegato el Ministerio Público Fiscal pidió la pena de 14 años de prisión para el imputado, en tanto que el defensor oficial intentó hacer valer la coartada de una supuesta deuda que el imputado fue a cobrar pero casi terminó muerto.
Tras deliberar, el Tribunal conformado por Francisco Clavelino Aguirre, Horacio Gabriel Paniagua y Graciela Ivonne Heppner (subrogante) sentenciaron a Mattías Adrián Marczak a la pena de once años de prisión por el delito de “robo agravado por la participación de un menor”.
De: Primera Edición.