El hombre de 26 años pidió declarar y su exposición duró aproximadamente 5 horas.
“Es una persona que está muy consciente de la imputación que tiene, y ha contado desde el minuto cero, desde que lo contrataron, como lo contrataron, hasta días posteriores al hecho. Que fue cuando él se entera de la detención de uno de los imputados, empieza a investigar y ahí se entera del hecho”, explicó Sandra Llamosas.
Renzo V. afirmó ser misionero y estudiante de medicina en Santo Tomé, provincia de Corrientes. Estaba al mando del Fiat Uno utilizado en el suceso, ahora bajo custodia judicial, y detalló que lo utiliza como taxi para financiar sus estudios universitarios. El acusado negó su participación en el crimen, aclarando que conocía al sobrino de Ferrari debido a un viaje previo contratado por este para encontrarse con su tío en Aristóbulo del Valle, con el objetivo de gestionar la transferencia de una propiedad.
La abogada asegura que su cliente apenas se entera del crimen, pensó en ponerse a disposición de la justicia, pero otro abogado que consulto en un primer momento, le recomendó esperar.
La defensora del estudiante de medicina considera que las pericias telefónicas y los audios entre los acusados van a ser determinantes para esclarecer las responsabilidades de los involucrados en el crimen.
Sobre la estrategia defensiva confió que “tenemos que demostrar que mi cliente no sabía a qué vinieron esta gente y que no tuvo ningún grado de participación en el hecho”.
Llamosas agregó que en el auto se encontró una gorra perteneciente a uno de los pasajeros que podría contener elementos de interés para la investigación.
Si bien confía en el relato de su cliente, estima que demoraría al menos un par de meses corroborar sus dichos ante la justicia, “acá estamos hablando de un delito que la pena va a ser perpetua, no hay otra pena para estos imputados” remarcó.