Las escasas lluvias durante el verano se sumaron a la crisis que arrastran algunas de las más importantes y provocaron grave faltante. Los cortes de suministro se multiplicaron por todo el mapa provincial.
Aunque se espera que las lluvias de otoño reviertan la falta de agua potable que hubo durante el verano en la gran mayoría de los municipios misioneros que se abastecen de arroyos y napas subterráneas; lo cierto es que la falta de infraestructura para acopiarla, potabilizarla y distribuirla es el mayor tropiezo que tienen en general las cooperativas nucleadas en la FEMICAP (Federación Misionera de Cooperativas de Agua Potable).
Ese es el caso de las cooperativas de San Javier, Eldorado, Oberá y Jardín América, sólo por nombrar algunas en esa situación, las cuales aunque cuentan con un máster plan de obras para ampliar el servicio, cada una, en su realidad atraviesa distintas complicaciones por las tarifas planchadas, la falta de pago de los usuarios (radiografía de la economía de las familias) y el eterno problema de las conexiones clandestinas.
No obstante, el presidente de la cooperativa de agua de Jardín América y titular de la FEMICAP, Daniel Sena, se mostró “optimista” con algunas precipitaciones ocurridas en febrero último, pero reconoció que es generalizada la crisis en algunas pequeñas entidades, porque se le queman motores de sus pozos perforados, no tienen fondos para ampliar la infraestructura ni la toma de la materia prima, y tampoco para su posterior distribución.
Dijo Sena: “En general, el problema más grave que padecimos en el verano fue la falta de agua en las napas subterráneas y los arroyos. Las que se abastecen del Paraná (Montecarlo, y Esperanza) no tuvieron inconvenientes con la materia prima, pero sí por los constantes cortes de energía eléctrica dejaron a muchas sin poder brindar el servicio. Es algo que le ocurrió a la de Puerto Esperanza y San Javier. Además, la reparación o recambio de motores cuando se queman es onerosa y es algo que no suele ser de rápida solución”.
A su vez, por la situación económica, algunas cooperativas fueron desapareciendo (sobrepasaban las 50 y actualmente son 44), porque tuvieron que ser transferidas a las municipalidades o bien fueron intervenidas por el IMAS (como el caso de Santa Ana, que estuvo casi 17 años en esa situación y recién fue recuperada el año pasado).
Falta de financiamiento para obras
En todo el país sin excepción, el principal responsable del servicio de agua es el Estado, sea Municipal, Provincial o Nacional. Las cooperativas se forman porque no hay empresas privadas interesadas en invertir en pequeñas ciudades; sin embargo, en los últimos años el crecimiento demográfico y la instalación de asentamientos sin planificación, entre otros factores, dejaron en evidencia la falta de planificación de obras grandes.
“En el caso de Jardín América, en 2009 tuvimos un grave problema, bastante parecido al de ahora, porque no había agua en el arroyo. Se inició un trabajo de protección de la cuenca del Tabay para frenar el desmonte, que hasta ahora fue una solución porque volvimos a los problemas de profunda sequía, ya que nuestra obra de la toma de agua en el Paraná está inconclusa hasta el día de la fecha”, reflejó Sena.
“Recientemente nos visitó el gobernador (Oscar Herrera Ahuad), a quien le presentamos la difícil situación. Nos comentó que se puso a trabajar para destrabar algunos trámites para avanzar en convenios con el IMAS, ENOHSA y las cooperativas, en especial la de Jardín América. Es algo que estamos esperando con muchas expectativas, porque se trata de una obra imprescindible y urge que se concluya”, remarcó el cooperativista.
En esa localidad, además hay otro inconveniente que tiene que ver con las demoradas de obras de la travesía urbana, postergadas para octubre próximo, por las tareas en las ruta 7 y 12 que se unen en la rotonda de Jardín, hasta frente al tanque de la cooperativa. Hay una red de cañería que cruza por debajo y tiene más de 30 años. El pedido a Vialidad Provincial es que se cambie la traza de esas cañerías desde la planta potabilizadora hasta el tanque.
“Ese trabajo se tiene que hacer en conjunto con la obra del Paraná, porque si no, una vez que esté concluida la travesía urbana, ya no se va a poder hacer nada”, analizó el titular de la FEMICAP.
De: P.E. – 5 de marzo, 2023.