La artista fue la encargada de cantar en el homenaje de la Conmebol a la selección.
La selección argentina vive su primera vuelta al país tras haber ganado el Mundial de Qatar. Sus días en Buenos Aires estuvieron colmados de homenajes y muestras de cariño, por la gran alegría que le dieron al pueblo tras el triunfo esperado por 36 años. Ahora, todo el equipo fue homenajeado en Asunción, Paraguay, por la Conmebol. Y como era imaginable, Lionel Messi fue el centro de todas las miradas. Tanto que la propia Soledad Pastorutti le dedicó una tierna canción.
El equipo nacional completo, con Chiqui Tapia a la cabeza, viajó hacia el país vecino para presenciar el homenaje realizado por la institución regional en su sede central. La ceremonia contó con distinciones para cada jugador y emotivos relatos en vivo de niños que vivieron el Mundial con pasión y devoción. Y por supuesto, el show musical no faltó. Fue “La Sole” la encargada de entonar una canción dedicada a Lionel Messi.
La cantante de Arequito se posicionó en el centro del escenario y acompañada de un guitarrista cantó “Brindis”, el emotivo tema que también supo dedicarle a Diego Maradona en 2006 durante un show en el Gran Rex. En este caso, lo hizo para el actual capitán argentino, mientras detrás de ella se proyectaban los momentos más sublimes de la carrera de La Pulga, que él miraba atentamente mientras esbozaba una sonrisa.
Hacia el final de la canción, la artista deja su lugar para caminar hacia el homenajeado, que se encontraba en la primera fila de asientos del teatro. La última estrofa la entonó tomada de la mano del capitan, que no paraba de sonreír. “Porque los días se nos van, hay que jugar hasta el final. Por otra noche como esta, la Argentina y todo el mundo te da las gracias, doy mi vida”, cantó con una clara modificación para expresar los sentimientos de todos aquellos al que el rosarino le generó una sonrisa con su juego.
La canción terminó con un caluroso abrazo entre La Sole y Lionel. Mientras tanto, el resto de jugadores observaban el momento con una gran sonrisa y la sala estalló en aplausos.
De: LA NACION.